Por: Edgar G. Quispe Mamani
DOCENTE DE IEPC- PEC
ESFM “Manuel Ascencio Villarroel” Paracaya
Por
iniciativa atinada de los estudiantes de la especialidad de Ciencias Sociales
de la ESFM “Manuel Ascencio Villarroel” de Paracaya, hicimos realidad la visita
al parque arqueológico de Tiwanaku,
de la que obtuvimos experiencias significativas.
En
el presente ensayo se pretende reflexionar críticamente sobre procesos de deconstrucción
de la historia propia; para tal efecto, es preciso hacer contraste de lo que narra la historia en textos oficiales, así
como los vestigios objetivos (in situ) y los testimonios de los pobladores de Tiwanaku.
1.
Vestigios
de Tiwanaku
Visitar
el parque milenario, fue volver a vivir la enorme civilización Tiwanakota;
durante el recorrido encontramos infinidad de restos arqueológicos que expresan
ciencia, tecnología, organización sociopolítica, económica y sobre todo
sabiduría milenaria.
La
primera impresión que tuvimos fue la visita al templo de Kalasasaya; templo
edificado con enormes piedras erguidas,
donde los muros de contención son pilares plantados a intervalos que median de
la una a la otra, lo cual implica diseño tecnológico de punta.
Ingresando
al interior del templo se pudo apreciar la Puerta del sol; la misma que se
constituye en el icono mundial, la más grande
de la cultura Tiwanakota. La que más llama la atención fue la figura del
Tata
Wilka,
figuras de cabezas humanas, de cóndor y otras representaciones jeroglíficas
que hasta la fecha no han sido reveladas en toda su magnitud.
En el
recorrido, al interior del templo se aprecia los monolitos Ponce y Fraile; en dichos
monolitos se encuentran grabaciones de diferentes imágenes, por su relevancia
de los monolitos se considera que representan a las autoridades máximas de ese
entonces. Al lado este del templo kalasasaya se encuentra el Templete
Semisubterraneo en la que se observó la enorme arquitectura, donde sus
muros están adornados con diferentes cabezas humanas y de ellas se tienen
variadas interpretaciones.
Describir
en su esencia esta enorme civilización es interminable; en este intento, hacer
mención a Kontiti Wirakocha el señor de las aguas, El Kantatallita Luz del
amanecer, el Puntiti, el Pumapunku, entre otros.
Al
interior del museo se aprecia piezas en
cerámicas, metales y en piedras labradas de manera estética y fina, las
deformaciones y trepanaciones del cráneo, etc.
Según
testimonio de Julia Mamani poblador de esta comunidad quién revela: “Nayawa wayta, allisana wayutawa. Wali
junchukitawa sultarunakanti, janiwa apnaqañakiti multaniwa apnaqirinakaja”. (Mamani, 2012) Traducido en lengua
española menciona (Nosotros encontramos
escavando, pero es controlado por la policía y tiene multa) Este testimonio
nos muestra que todavía aún se encuentra encubierta muchos de los restos
fósiles bajo tierra.
La pregunta
de todo visitante es ¿Quiénes fueron y qué pasó?. Según versión de Doña Julia
Mamani menciona: “Nayra timpunja wali jacha
jusiu utjna, ukaruwa uka markaja chakhawayje…jusiutja Inti salsumpiwa
jaqinakaja qalaru tukuwayji.” (En aquellos tiempos hubo un cataclismo,
juicio denominado Diluvio. A la salida del sol las personas se quedaron
convertidas en piedras) Este es un mito transmitido de generación en generación
y el mismo requiere ser interpretada para seguir descubriendo la verdadera
esencia de esta civilización andina.
2.
Reflexión
crítica sobre la historia oficial vs. historia propia
La
apreciación de iconos simbólicos en los vestigios del Tiwanaku (in situ) y la
carente información e interpretación en los textos oficiales de historia sobre
estos monumentos arqueológicos; hace que
asumamos una reflexión crítica, sobre lo que insuficientemente dice la
historia oficial. Por tanto; debemos preguntarnos ¿Quién escribe la historia
oficial en un pueblo o nación?, ¡los vencedores!, que para nosotros fueron los
colonizadores y neo colonizadores.
“Los pueblos y etnias indígenas americanas no
entran en la historia mundial, como contexto del descubrimiento de América…” (Dussel, 1992,
pág. 86)
Por lo que se comprende que en vez de ser descubiertos fueron destruidos,
saqueados e invisibilizados “encubiertos”;
razón por el cual la historia oficial no puede contar los misterios de
Tiwanaku.
“Toda cultura tiene
su propia epistemología y una pedagogía: su propia forma de conocer y de
aprender. La llegada de los colonizadores españoles a la América indígena(1492)
no fue un encuentro de dos mundos, sino el choque de dos mundos, choque de
culturas, la cual truncó el desarrollo del paradigma andino.” (Alavi Mamani,
2008)
Toda
cultura y pueblo tiene su propia historia, su propia forma de transmitir de
generación a generación sus hechos históricos, su conocimiento y saberes
milenarios; que con la neo colonización es violentada sobre todo invisibilizada
“encubiertos”. Nuestros pueblos fueron dominados, impedidas de vislumbrar de modo autónomo sus propias
imágenes y simbologías, es decir sus propios patrones de expresión cultural.
Sin
libertad ideológica simbólica para vislumbrar nuestra propia historia, ninguna
experiencia cultural puede ser develada en su esencia. Aquí radica el desafío para
los estudiantes en formación docente y con mayor énfasis para estudiantes de la
especialidad de ciencias sociales; en poder
reflexionar críticamente sobre los
diferentes hechos históricos como la
cultura Tiwanakota, entre otros.
¡Del des-encubrimiento a la
deconstrucción de la historia propia!
“…y para no afirmar ya nunca más que el (Descubrimiento) de América da el (lugar) a los amerindios en la historia
mundial… Su lugar es otro y el descubrimiento se interpreta ahora no solo como
(en-cubrimiento) sino como genocida, invasión”… (Dussel, 1992,
pág. 93)
La
reflexión crítica sobre la historia oficial amañada y maquillada por intereses
de poder; induce a poder encarar procesos de descolonización de la historia, es
decir encarar procesos de des-encubrimiento de la verdadera historia de
nuestros pueblos.
La deconstrucción
de la historia propia según Enrrique Leff Citado por Ladislao Chuquichambi, es
un desafío y reto urgente que encarar. “…Es
necesario deconstruir lo pensado para pensar lo por pensar. Para desentrañar lo
más entrañable de nuestros saberes y para dar curso a lo inédito,
arriesgándonos a desbarrancar nuestras ultimas certezas y a cuestionar el
edificio de la ciencia”.
Encarar
procesos de des-encubrimiento, implica desentrañar, descubrir nuestros saberes milenarios. Como ejemplo de
los muchos hechos históricos: “los vestigios de Tiwanaku”; donde pudimos
apreciar infinidad de iconos y símbolos que no son debelados hasta hoy por los
historiadores y arqueólogos.
¿Pitaq
mask’anqa? ¿Quién descubrirá?, ¿Acaso no somos nosotros los actores educativos
para encarar este desafío apremiante e inexcusable????. “…Es el momento en que
los programas vigentes de historia en bachilleratos y universidades hablen por
primera vez del indio… debe encontrarse racional e históricamente su lugar en
la historia” (Dussel, 1992,
pág. 86).
Como futuros educadores en formación, desde la visión ontológica cosmocéntrica,
desde el modelo educativo sociocomunitario y productivo; ¡Es tarea y obligación moral encarar procesos de deconstrucción de la
historia propia!!!!.
Referencias bibliográficas
Alavi Mamani, Z. (2008). El paradigma andino. Malku,
9.
Dussel, E. (1992). El
encubrimiento del otro. La Paz: Plural.
Mamani, J. (08 de septiembre
de 2012). Vestigios del Tiwanaku. (E. Quispe, Entrevistador)